Si antes os dije que hay que ser prácticos y nunca compilarse a la hora de ejecutar técnicas en defensa personal. Aquí más que nunca esto es primordial, ante el enorme poder de intimidación y dificultad que un arma de fuego tiene .
Cualquier reacción de defensa y técnica debe de cumplir la premisa de que en todo momento el cañón del arma este fuera de la trayectoria de nuestro cuerpo, ya que el apretar el gatillo es algo que el atacante puede hacer incluso tras estar aturdido tras un buen Atemi.
En una situación donde nos estén apuntando con un arma de fuego a distancia, decir que poco se puede hacer si no conseguimos que el arma termine cerca y al ser posible en contacto directo con nuestro cuerpo.
El como conseguir esto, solo se me ocurre adoptando una actitud donde al atacante le mostremos una sensación total de pánico y sumisión que nos permita romper la distancia con el.