Alguna vez habremos oído eso de que el Aikido es difícil de aprender. Y la verdad es que no es una afirmación infundada.
El Aikido es un arte marcial muy técnico que funciona aprovechando la fuerza del contrario en su contra y esto dicho así suena muy bien pero es difícil de llevar a la practica.
Cada técnica esta basada en cumplir unos parámetros que si no se ejecutan de forma correcta y en el orden adecuado la técnica sera fallida.
En este artículo que se explica detalladamente el ¿Por que el Aikido es el arte marcial más difícil?
No importa cuanto entrenes, siempre hay situaciones para las que no vas a estar preparado
Todas las artes marciales tienen algunas bases comunes. De echo hay mucho mas en común de lo que uno piensa y esto te empiezas a dar cuenta cuando has practicado mas de un arte marcial diferente y empiezas a ver similitudes entre ellas.
Existe el supuesto de que siempre debemos supervisar a nuestra pareja y a la situación. Si no tenemos éxito, es solo porque todavía no somos suficientemente buenos. Nuestro objetivo siempre y en toda circunstancia va a ser controlar la situación para vencer al otro; estar en ventaja y poner al otro en desventaja.
Sin embargo, para entrenar Aikido verdaderamente, se debe abandonar a esto. No hay control, no se puede supervisar al uke o a la situación.
Puedes entrenar y practicar para un escenario en particular. Por servirnos de un ejemplo, puedes practicar contra ataques con cuchillo o bien practicar contra atacantes más hábiles y frente a diferentes situaciones concretas. Pero no importa para cuántos escenarios diferentes se haya practicado; hay un número «infinito» de otras situaciones para los que no se va a estar preparado.
No puedes controlar lo que va a hacer un atacante, a qué tipo de uke te enfrentarás, cuántos atacantes habrá o dónde estarás cuando ocurra una situación en particular. El verdadero «aiki» solo brota cuando filosóficamente has renunciado a tratar de controlar la interacción.
En el Aikido no buscas derrotar al contrario a toda costa
Más importante aún, el Aikido busca un fin diferente: en lugar de tratar de derrotar al otro, tratas de encontrar un resultado que sea positivo para todos. Estás combatiendo por un resultado positivo, aun para el atacante.
El término de aceptar la responsabilidad del atacante e intentar ayudarlo a lograr un resultado positivo no es parte integrante de ningún deporte marcial u otro arte diferente al Aikido. Hacemos esto a pesar de las intenciones de nuestros atacantes, y por el hecho de que pensamos que hay consecuencias al emplear la violencia; pensamos que las situaciones tensas no se resuelven con más violencia.
Debido a esto, nuestro camino es el más difícil. No puedes utilizar la fuerza salvaje mientras practicas Aikido.
Eventualmente debes aprender lo bastante para aceptar que no puedes forzar un resultado o bien vencer a un oponente obligándolo a seguirte. Sabemos que no se logrará un resultado a largo plazo y en beneficio mutuo si se imponen al contrincante las ideas propias.
Entrena lento, avanza rápido
Desafortunadamente, cuando cierras la mano en un puño, algo cambia en tu psique y se hace bastante difícil sostener una perspectiva aiki completa.
Entonces, en nuestro adiestramiento, mientras nos esmeramos por sostener nuestro Keiko (adiestramiento) lo más real posible y evitar que se vuelva solo una repetición vacía, se hace difícil mantener una mentalidad aiki.
En lugar de ser un practicante de aiki haciendo un golpe, es fácil convertirse en un atacante que procura practicar una técnica de aiki. La diferencia puede ser sutil, mas es fundamental.
Para mantener perspectivas marciales y aiki efectivas se debe iniciar poco a poco. Primero con la técnica física, que se debe ejecutar despacio.
Cuando uno se siente apacible, confiado y cómodo mientras ejecuta con éxito la técnica física, puede empezar a trabajar con un ataque progresivamente más rápido. Es exactamente lo mismo con la actitud mental.
Nuevamente, se inicia con un ataque lento, y si uno puede mantener la calma interna y la compostura, puede intentar trabajar con un ataque más fuerte y rápido. Si puedes mantener la calma, puedes pasar a ataques más fuertes, pero si no, siempre y en toda circunstancia está bien regresar a un ataque más lento.
El secreto para aprender a efectuar una técnica veloz y eficaz es estudiarla de manera lenta. Indudablemente esto es más difícil que simplemente aprender a ganar puntos o bien derrotar a un contrincante.
Mientras se trabaje continuamente al borde de la zona de confort, se puede estar seguro de que se está cultivando una técnica útil, una mentalidad aiki y que esta actitud proseguirá creciendo.
El Aikido y la Defensa Personal
A medida que se avanza, es esencial mantener claros los objetivos de práctica. Tras aprender los conceptos básicos, ya sea en el tercer kyu o aún siendo yudansha, cada practicante debe ajustar su entrenamiento para establecer y alcanzar objetivos personales.
Por servirnos de un ejemplo, ciertos ven en el Aikido un sistema de defensa personal. Eso requiere un vínculo entre el instructor y el estudiante para garantizar que la brecha entre la técnica clásica y la aplicación en la calle se aborde de forma real.
Ciertos practicantes viven en un planeta de fantasía, pensando que estudiar Aikido de la manera tradicional los va a preparar para las artes marciales mixtas. Esa es una expectativa poco realista no solo para el Aikido sino asimismo para otras artes o bien deportes como el jiujitsu o bien su variante brasileña.
Para las artes marciales mixtas, uno debe entrenar diariamente contra luchadores hábiles; uno precisa tiempo «en la jaula» asumiendo riesgos que la mayor parte de las personas, no estamos dispuestos a correr.
En resumen
El Aikido es un arte hermoso que se enfoca primordialmente en el desarrollo personal. Esto incluye: la reflexión interna (meditación), buscar un equilibrio y la defensa personal.
Puede ser un camino para toda la vida que lleva a la realización como persona y como artista marcial.
Depende de cada estudiante y también del instructor de Aikido hacer que el entrenamiento sea significativo.
Establecer objetivos claros puede ayudar a mantener el valor y la motivación en Aikido.